Desde que nació, el cangurín siempre ha querido tetita. A día de hoy y con 13 meses, creo que puedo decir que nuestra lactancia ha terminado definitivamente.
Aún recuerdo aquel 8 de agosto de 2014 cuando la matrona me puso a mi recién nacido al pecho, estando tumbada aún en la camilla del paritorio. No tardó nada en engancharse. Y recuerdo la maravillosa sensación que tuve al amamantar a mi pequeño.
El primer mes fue bonito, pero sí, también fue duro. El cangurín pedía teta todoooo el tiempoooo, y las tomas se prolongaban hasta las 2 horas. Los pezones ardían a veces, y recurrí a la pezonera. Bendita pezonera que tanto dolor me ha aliviado, y maldita pezonera que si te dejaba olvidada en casa, no había manera de que el peque se enganchara.
La teta ha sido su alimento para el hambre , su chupete para la relajación, su juguete para el entretenimiento , su alivio para el dolor, su consuelo para el llanto, su compañera para la soledad, su fuente de amor y vida.
La teta le ha gustado siempre y no quiero olvidar sus sonrisas y sus celebraciones al coger el pecho.
Desde los 9 meses ya empezamos con la lactancia mixta, y poco a poco el cangurín fue pidiendo tetita nada más que para dormir sus siestas y al anochecer.
Pero ha sido a raíz de estas últimas vacaciones en las que creo que la lactancia ha terminado, ya que el peque sólo se coge al pecho para juguetear, y ya no pide tetita, sino el biberón.
De esta lactancia me quedo con varias cosas:
- Los momentos sacaleches en mano de los primeros meses: después de las tomas y entre ellas, estrujando las tetas y pasando el sacaleches de un lado a otro, para llegar al menos a 120 ml y tener una toma para darle a mi peque si salía a pasear.
Y la satisfacción de ver un biberón lleno de mi leche. La sensación de verla y dársela al bebé era como si tuviera oro líquido en mis manos.
- El momento de chorro de leche chorreando por la boca abierta de mi bebé dormido por la magia de la teta: ay que alivio tener tanta leche! mira que agusto se ha quedado!!
- Los momentos de madre olvidadiza con la alimentación complementaria: ohhh se me ha olvidado la merienda del nene en casa! Don't worry baby! aquí está la teta!
- Lo fácil que era dormirlo con la teta. Ni cogerlo en brazos, ni mecerlo, ni acunarle. Sólo era tumbarme con él en la cama y ofrecerle pecho, y a dormir tan panchis.
- Los momentos "él y yo" y nadie más.
Aiss me ha dado tanta pena escribir este post, que me voy a darle teta a mi cangurín a ver si aún quiere...
Se me hace mayor...
Y vuestra lactancia cuanto se prolongó? Un beso mis amores!
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