miércoles, 9 de diciembre de 2015

Cómo se siente un expatriado al volver de vacaciones a su país


Me gustaría contaros como nos sentimos los expatriados al volver de vacaciones a nuestro país, ya que me quedan muy pocos días para irme de vacaciones a mi España querida, a pasar las Navidades (mis fiestas preferidas del año), y a disfrutar de todo lo bueno, porque mi España con sus más y con sus menos, es mi origen, mi vida y son mis raíces.

Además este es uno de esos "posts homenaje" para todos los expatriados que me leéis y que seguro que os sentiréis identificados con él.

"Cómo se siente un expatriado al volver de vacaciones a su país."


  • Cuando llego al aeropuerto de salida me hago una foto para colgarla en Facebook, Twitter... y escribo algo así como... Bye Bye... "Me siento encantada".

  • Me llevo la maleta vacía para traerla de regreso llena de embutido, jamón y latas de conserva, así como ropa nueva, por la que venden aquí es carísima.



  • Una vez que aterrizo en España, acudo al primer bar que encuentro a tomarme una caña y una tapa (pincho de tortilla, jamón...lo que sea), y hago la foto de rigor para mandársela a los amigos que no han vuelto de vacaciones, y además la cuelgo en redes sociales proclamando mi orgullo.
  • Los primeros días suele escaparse algún saludo en inglés por mi parte, y además me sorprende y agrada escuchar a españoles hablando en castellano.

  • Me cuesta acostumbrarme a manejar los billetes y monedas euro.


  •  Me arde la sangre al llenar un depósito de gasolina y ver la Animalada que hay que pagar, cuando en Qatar pagamos a 0,20 cent.euro el litro.

  •  A cada persona conocida que veo durante mis 15 días de vacaciones me pregunta lo mismo: ¿Y qué tal con los moros? ¿Allí te dejan conducir? ¿Tienes que llevar el burka?
Y el caso es que aunque los vea todas las veces que voy por vacaciones, ya sea Navidad, verano y Semana Santa, siempre me preguntan lo mismo, todas y cada unas de las veces.

Así que si me estáis leyendo os voy a contestar ya y os ahorro las preguntas:

"Bien, sí y no"


  •  Una de las conversaciones que más se repite durante mi estancia por vacaciones en España es:

"-¿Y hasta cuando os quedáis? 
-Pues hasta el 28.
- Bueno pues no es mucho, pero bien ¿no?
- Sí, mejor eso que nada."

Todos los días con cada persona que me encuentro el mismo cuento. Al principio no me importa, pero cuando me han preguntado lo mismo durante 10 días seguidos, acabo sin ganas de contestar.



  •  No sé por qué pero la gente piensa que por vivir en un país árabe ya sé hablar en árabe.
"¿Ya hablarás en árabe, no?

No, aquí el idioma más hablado es el inglés por la cantidad de gente extranjera que vivimos aquí.


  •  En España duermo más y mejor, ¿será porque hay persianas?
Yo no entiendo porque en el extranjero no se construye con persianas, sinceramente es algo que nunca entenderé, prefieren tener cortinones para tapar la luz, pero siempre algo de luz se filtra y acaba despertándose.


  •  Tus amigos y familiares están igual que siempre, aunque siempre existe cierto temor a preguntar por algún novio/a de alguien por temor a que ya no lo sea y meter la pata.

  •  Hay veces en las que estando con tu gente de siempre te sientes extraño, como si acabaras de conocerlos. Eres el nuevo. La gente te pregunta mucho, o tú no te sientes del todo cómodo. Sólo hay que acostumbrarse.

  •  Cuando llegas a tu casa, y te encuentras a algún vecino te das cuenta de que te has convertido en una especie de celebrity que ha estado en boca de todo el mundo durante tu ausencia. Además todos están muy interesados en saber cosas sobre tu nueva vida y del país.

  • Aquí en Qatar estamos acostumbrados a pagar por una cerveza 9 euros al cambio(en muchos otros países también), y por una copa que encima te dosifican con un tapón de alcohol, unos 15-16, así que sólo bebemos en ocasiones especiales y celebraciones.
Cuando llegas a España, oír que una caña es a 1,50 - 2 euros es música celestial para nuestros oídos. 

"Ea, pues ponte 4, que están muy bien de precio".

Por supuesto echas la foto de rigor a las 4 cañas juntas para mandárselas a las pobres almas en pena que no se han ido de vacaciones y esperas con anhelo sus respuestas de agradecimiento por acordarte de ellos y mandarles una foto de tus vacaciones, tales como " hijo put*" "cabro***" "anda que se os ve sufriendo", entre otras.

Pero que el alcohol sea barato tiene sus consecuencias, y es que cuando llegas a España después de 6 meses fuera, tienes ganas de ver a tu familia y amigos, pero también tienes ganas de bebértelo todo.
Y ahí te encuentras tú, que en menos de una hora te has tomado cuatro cañas mientras tus amigos te miran con cara de alucinación, y tú llevas una mona encima que estás para irte a dormir.



  •  España da hambre y engorda y que se lo digan a un expatriado que llega desesperado por irse al bar del Antonio para zamparse todas las tapas que existan.
Y además es que te llueven las invitaciones para comer y cenar por todos lados, con amigos, con familia, en el bar, en casa de la abuela, en ese restaurante al que solías ir...

Cuando llevas 7 días comiendo sin parar, estás tan harto y has engordado tanto en tan poco tiempo, que te arrepientes y juras por la virgencita que no lo volverás a hacer en el siguiente viaje.



  •  Las vacaciones de un expatriado se pueden llegar a convertir en una pesadilla, y es que quisieras ver a todo el mundo pero te das cuenta que no puedes. Desde el día 1 hasta el último de tus vacaciones, tu agenda está llena de citas y cosas que hacer.
A tí te entra un ataque de ansiedad porque no paras en todo el día, y encima está el fulanito de turno intentando quedar contigo a pesar de que no tienes tiempo físico y se enfada porque no puedes.

Al final acabas reuniendo a personas que apenas se conocen entre sí, y aprovechas para verlos a todos a la vez. "Y así mato dos pájaros de un tiro".


  •  Estar fuera de tu tierra te hace darte cuenta de a quien importas de verdad y de a quien no. Hay personas que creías amigas que no se han molestado en mandarte ni un wassap en todo el tiempo que llevas fuera, y pensabas que eran tus amigos.
También las hay que no hacen por poder verte en tus cortas vacaciones, y las hay que hacen lo imposible por poder verte y abrazarte aunque sea durante una hora.




  •  Me dejo más dinero en mis vacaciones en España que yendo a visitar las Maldivas. Y es que me compro un montón de ropa, ya que aquí la ropa es mucho más cara; arraso Mercadona y compro provisiones para los siguientes 6 meses de todo lo que no encuentro aquí, como si viniese el apocalipsis zombi; y me gasto una cantidad indecente en salir a comer, cenar o de cañas.

  •  Me hago selfies en los lugares más míticos de la ciudad, y es que si antes hasta me aburrían, ahora me resultan entrañables.

  •  Lo que más odio de las vacaciones es el momento " hacer maletas". Hay que ingeniárselas muy bien para encajar en plan "tetris" el pantalón nuevo que me he comprado en Primark entre el lomo ibérico y el taco de jamón envasado al vacío.

  •  Las despedidas son lo más triste. Llevabas esperando la vuelta a España meses, que además parecían años, y cuando al final han llegado, se han pasado en un suspiro,  y sabes que no volverás hasta dentro de x meses. Y otra vez a empezar de nuevo. Un viaje de regreso larguísimo y agotador por delante y la tristeza de dejar tu país otra vez, una y otra vez.




Felices vacaciones a todos los expatriados que como yo tienen la suerte de volver a casa por Navidad, ¡que disfrutéis estas Fiestas a tope!


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