Llegando al final de mi segundo embarazo: Sensaciones y preocupaciones

Como el título de esta entrada indica estoy llegando al fin de mi segundo y último embarazo.

Tengo un cúmulo de sensaciones alegres y tristes a la vez que realmente me desconciertan.

Después de casi 37 semanas puedo decir que este embarazo ha sido bastante diferente a lo que yo tenía imaginado. Y es que aunque he tenido (y tengo) muchísimas molestias, se me está pasando rapidísimo.

Tener otro hijo del que cuidar, un trabajo que mantener, una casa que llevar hacia delante ha hecho que en ocasiones ni me acordase de que estaba embarazada. Y todavía creo que no soy demasiado consciente de lo que esto supone. Una bebé que va a cambiarlo todo, mi rutina, la relación tan especial que tengo con mi Cangurín...

Me he preguntado millones de veces como iba a dividir mi corazón para mis dos hijos. Y una amiga muy especial, a la que quiero con locura (Tamy si me lees que sepas que te quiero y que estoy contigo desde la distancia), me contestó: "El amor no se divide, se multiplica".  Me quedo con eso.

Está claro que cada embarazo de una misma mujer es un mundo. En mi primer embarazo no tuve casi ninguna molestia, tan sólo la aparición de algunas varices y acidez estomacal. Estaba completamente repleta de fuerza y alegría, y aunque el parto resultó bastante traumático, fue la mejor experiencia que he tenido jamás.

Este segundo embarazo me tiene completamente agotada, dolorida y con unos altibajos emocionales importantes. Desde los primeros días de embarazo tuve náuseas, varices que han ido a peor durante todo el embarazo (tanto en la pierna, como en la vulva) con el consiguiente dolor que traen. Además tengo tal revolución hormonal que lo mismo estoy riéndome a carcajada limpia o llorando a lágrima suelta porque he pisado una hormiga. Los dolores de pelvis y caderas desde hace ya semanas, no me dejan dormir por las noches. Y que contarte de la acidez... Ay la acidez... 

Pero aunque mi cuerpo ha sufrido tanto y llevará marcas para siempre, sé que la felicidad de tener a mi hija en brazos lo va a compensar todo. No imagino el momento en que ella llegue a mi mundo, el momento en que se aferre a mi pecho, cuando su hermano venga a conocerla, cuando seamos cuatro para siempre, ese momento tan especial que tengo demasiado idealizado, y que aún no logro trasladarlo a la realidad. 

El fin de semana pasado empecé a sentir cambios en mi cuerpo, cambios que anuncian que esto está llegando a su fin. Sólo le pido que aguante unas semanas más, todavía es pronto para separarnos, y pese a todas las molestias y el cansancio que este embarazo está suponiendo, no quiero compartirte con el mundo todavía, tengo muchas cosas que hacer antes de que ella llegue, demasiadas preocupaciones, prefiero llevarla en mi cuerpo tranquila, porque sé que dentro de mí es el mejor sitio en el que puede estar por ahora. Son demasiadas las preocupaciones que tengo ahora. A mi Cangurín lo operan de una hernia inguinal la próxima semana y realmente me siento preocupada y nerviosa. 

Este fin de semana me hacen los primeros monitores, sólo espero que todo esté bien verde, porque con el panorama que se me presenta hasta que pase la operación... Quiero estar al 100% con mis pequeños, porque se lo merecen, porque los quiero, porque son mi mundo entero.