viernes, 23 de septiembre de 2016

Historias de una mamá al borde de un ataque de nervios. Mi vuelta!


Cuando volví de Qatar hace apenas 4 meses, no pensaba que mi vida cambiaría tanto.

Sabía que tendría que buscar trabajo aquí en España, que tenía una mudanza de cantidades importantes pendiente, que tenía que buscar guardería para el peque, hacer reformas en casa...

Pero contaba que tendría tiempo, más del que yo imaginaba. Sin darme cuenta, en menos de un mes tenía la casa empantanada, con los bultos de la mudanza ocupando los huecos libres del salón y parte del pasillo, una reforma a medio hacer y empezando de nuevo mi andadura en lo profesional.

Desde que me puse a trabajar mi vida es un auténtico caos.


Me encuentro en una situación en la que mis ratos libres son mínimos.

Ya no pienso en tener ni un momento para mí. Tengo suerte si un día me da tiempo a darme algo de máscara de pestañas, mis duchas duran menos de 5 minutos, y cuando no voy vestida con la ropa de trabajo, voy en pijama o con lo primero que encuentro porque tengo que ir a hacer recados o papeleos.

Se me acumula la ropa para la plancha, siempre ando corriendo porque no llego a tiempo a preparar la comida, parezco una fitipaldi en el coche para llegar a cualquier sitio a tiempo...

Yo que he estado disfrutando de mi hijo sin trabajar durante 21 meses. Yo que me quejaba de la falta de tiempo para mí durante ese tiempo. Pues estaba equivocada. Ahora tengo mucho menos tiempo que antes.

No quiero decir que las madres que no trabajan (en un empleo remunerado, claro está, ya que todas las madres trabajan) tengan más tiempo libre que las que sí que cotizan. Sino que, antes tenía más tiempo que ahora, o al menos lo distribuía mejor.

Pero ahora, no sé porqué exactamente, aprecio más un día libre. Lo saboreo y lo disfruto como una niña pequeña un caramelo.

Ya no me importa tanto que la casa esté hecha un desastre, porque sinceramente, no llego a todo y prefiero disfrutar de los míos que estar hecha una histérica de la limpieza.

Jugar con mi peque, salir a pasear con él, tomar un refresco en la terraza del bar con mi marido, compartir confesiones con él, disfrutar de cualquier mínimo momento con ellos es para mí la máxima felicidad posible.

La verdad que mi vida ha cambiado mucho desde que hemos vuelto a casa, ahora me siento llena, en términos profesionales y personales.

Soy muy feliz en mi nuevo trabajo (espero que dure mucho), y aunque acabo agotada al final del día, merece la pena. Tengo compañeros de trabajo increíbles, y me siento muy feliz y a gusto allí.

Una nueva y mejorada mamá, que intenta sobrevivir en un caos de vida, que aunque la lleva algo estresada, la hace muy feliz.



Hace poco que el peque ha empezado a ir a la guarde, me da mucha pena dejarlo llorando allí, la separación es dura, pero sé que pronto se adaptará y todo irá mucho mejor.

Espero que esta racha de buena suerte no termine, espero que a partir de ahora tenga mucho más tiempo para retomar el blog y traeros ideas chulísimas, y que tú tengas las mismas ganas que yo de quedarte a leerme y a participar.

Así que ahora que ya te he puesto al día de mi nueva situación, ¿te quedas?



Un beso!!! y espero verte por aquí! Nos leemos pronto!



3 comentarios :

  1. Espero que sigas disfrutando de esos pequeños momentos entre caos y los puedas disfrutar, mucho animo para esos momentos en los que no tienes tiempo y crees que no puedes más, la verdad que trabajar en un sitio a gusto y con buenos compañeros es lo mejor.
    Te mando un fuerte abrazo y espero que puedas escribir aunque sea de vez en cuando y así disfrutemos también nosotros de ti. Muacksss

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  2. Cuantos cambios!! Bienvenida de nuevo.

    Tómatelo con calma.

    Mucho ánimo!!

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  3. es que es complicarlo cuadrarlo todo,pero hay que intentarlo!! Bienvenida de nuevo!!

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