Para los que no habéis oído hablar de las crisis de crecimiento, son varios episodios que aparecen en bebés alimentados con lactancia materna.
Suelen durar desde unos días a semanas.
No todos los bebés pasan por estas crisis, ni todas las madres las notarán en igual medida.
Son episodios bastante "desagradables" en los que el bebé exige más producción de leche por que se encuentra en un pico de crecimiento. Y como ya sabéis, a más demanda más oferta, es decir, a más succión más producción, por lo que el bebé puede pasarse, literalmente, el día entero pidiendo pecho.
En este caso ofrece el pecho a demanda, así el bebe podrá regular la cantidad que necesita antes.
El bebé también puede reaccionar de manera desagradable si al engancharse al pecho no obtiene la suficiente cantidad de leche, y por tanto puede tirar del pezón con la boca, quejarse, patalear, llorar o directamente rechazar el pecho.
Lo mejor es que le consueles en tus brazos y tengas paciencia, y una vez esté calmado vuelvas a ofrecerle el pecho.
Se suelen dar crisis de crecimiento a los 15-20 días de vida, a los tres meses, a los 6 meses, a los 9 meses, al año y a los dos años.
A los 15-20 días se el bebé pide pecho a todas horas para regular la cantidad de leche que necesita debido a que aumenta el consumo calórico que necesita.
A los tres meses (una de las más conocidas) el bebé ha aprendido a comer rapidísimo y tan sólo gasta un par de minutos para mamar. Suele pasar que una vez que ha terminado de comer llora desconsolado, en estos casos muchas madres interpretan que se quedan con hambre y cometen el error de introducir biberones con fórmula.
A los 6 meses se introduce la alimentación complementaria y por un lado hay bebés que les encanta comer y rechazan pecho, o viceversa.
A los 9 meses están en pleno proceso de aprendizaje, como aprendiendo a gatear, caminar... y muchos bebés pueden rechazar el pecho por tener demasiada energía y curiosidad. Por la contra, también pueden sentirse más apegados al pecho de mamá y rechazar los alimentos, puesto que necesiten mayor demanda afectiva de su madre.
No hay una ciencia exacta sobre estos brotes, ni como serán, ni cual será su causa.
Lo mejor, tener toda la paciencia del mundo, evitar a toda costa sentir ansiedad, mantener la calma y respetar los ritmos y exigencias del bebé, y pensar que en unos días todo volverá a la calma.
Recordad lo importante es mantener la lactancia mientras sea posible.
Recordad lo importante es mantener la lactancia mientras sea posible.
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